Muchos factores influyeron en la decisión final de Benjamin Netanyahu de aceptar un alto el fuego mediado por Estados Unidos y detener la ofensiva de Israel en Líbano. Sus objetivos de guerra contra Hizbollah siempre fueron más modestos que la "victoria total" que ha buscado contra Hamas en Gaza.
Pero al enfrentarse a los numerosos críticos internos del acuerdo, incluidos ministros de extrema derecha del gobierno, alcaldes del norte de Israel y figuras de la oposición, Netanyahu calculó que sus objetivos se habían cumplido en gran medida, mientras que los riesgos de seguir adelante aumentaban.
"Hizbollah no es Hamas. No podemos destruirlo por completo. Eso no estaba en las cartas", dijo Yaakov Amidror, ex asesor de seguridad nacional de Netanyahu que ahora trabaja en el think-tank de Washington Jinsa. "Líbano es demasiado grande. Hizbollah es demasiado fuerte".
Este acuerdo de alto el fuego "no es el sueño que muchos israelíes tenían", dijo. Pero Amidror destacó la disminución de los almacenes de municiones de Israel y la "presión" sobre los reservistas militares que habían estado luchando durante meses. "Israel no puede permitirse otro año de guerra" en su escala actual en el norte, dijo.
Los funcionarios israelíes dijeron consistentemente que su objetivo era el regreso seguro a sus hogares de decenas de miles de residentes del norte evacuados después de que Hizbo…
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